miércoles, 25 de octubre de 2023

Irán coloca sus peones en el tablero de Oriente Medio

 

Mientras los medios de comunicación internacionales especulan con el   inevitable inicio de la incursión terrestre del ejército israelí en la Franja de Gaza, operativo que debía haberse materializado hace más de diez días, nuevas oleadas de misiles de Hamas apuntan hacia las poblaciones del sur de Israel. Pero esta vez, uno de los blancos es también Tel Aviv, la capital del Estado judío. Por si fuera poco, las unidades especiales de guardacostas tuvieron que neutralizar un desembarco de un comando procedente de la Franja.

¿Por qué se está retrasando la operación terrestre? Según la información facilitada recientemente por la emisora del Ejército israelí, retransmitida por la cadena de televisión catarí Al Jazeera, Israel ha accedido a la petición de EE.UU. de aplazar su ofensiva hasta la llegada de un nuevo contingente de soldados estadounidenses, que debería velar por la evacuación de los ciudadanos americanos – más de 600.000 -que se encuentran en la zona.  

Otra versión, no menos plausible, es que Washington está trasladando efectivos a Oriente Medio para mostrar su apoyo al Estado judío o para tratar de disuadir a otras agrupaciones chiitas respaldadas por Irán, como los Hezbollah libaneses, a involucrarse en el conflicto. 

Desde que Tel Aviv decretó la movilización general de sus reservistas – hombres y mujeres – se ha especulado con una posible respuesta del régimen de los ayatolás en el conflicto desencadenado por el ataque del 7 de octubre. Sin embargo, la República Islámica no parece interesada en una confrontación directa con Israel; cuenta, eso sí, con que sus peones no duden en apretar el gatillo. Sus peones – Hezbollah, los Grupos de Movilización Popular ubicados en Siria y en Irak, los rebeldes hutíes del Yemen – conforman la constelación que gira en torno a la media luna iraní. De hecho, Hezbollah fue el primero en manifestarse en los confines con Israel. Los iraquíes y los yemenitas protagonizaron acciones intranscendentes, destinadas ante todo a señalar su presencia en el mapa geoestratégico de la región.          

Por su parte, Irán ha llevado a cabo una campaña diplomática activa para aislar internacionalmente a Israel, intentado al mismo tiempo proyectar su desinterés ante una posible extensión del conflicto.

Conviene recordar, sin embargo, que el apoyo del régimen teocrático de Teherán a la causa palestina ha sido – y sigue siendo - un principio ideológico del clero chiita desde la revolución de 1979. 

Durante las últimas cuatro décadas, Irán ha financiado, armado y ampliado una red de aliados estratégicos en el Oriente Medio con el fin de exportar la revolución y consolidar su influencia regional. Sus rivales occidentales no dudan en acusar a los iraníes de patrocinar… el terrorismo islámico.

El camino hacia al-Quds [Jerusalén, en árabe] pasa por Karbala, señalaba en su último discurso el ayatolá Jamenei, líder supremo de la revolución. Karbala, la ciudad santa donde está enterrado el imam Hossein, nieto de Mahoma, es la Roma de los chiitas. La alusión al descendiente del profeta es un lema revelador en la retórica de la República Islámica a la hora de incitar a la lucha contra Israel y los intereses estadounidenses en el mundo.  

Después de 7 de octubre, Irán ha advertido que un conflicto regional podría expandirse. Sabido es que en los últimos años Teherán ha reforzado significativamente el arsenal balístico de Hezbollah, la milicia libanesa que representa actualmente la mayor amenaza para la seguridad de Israel.

En una intervención televisada, el Ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian advirtió que si Israel seguía adelante con su planeada ofensiva en Gaza, obligaría a los movimientos respaldados por Irán a actuar con mayor contundencia, lo que obligaría al Estado judío a retirarse de algunos de los territorios que ocupa actualmente.  

Si bien Irán se niega a protagonizar un enfrentamiento armado directo con Israel o los Estados Unidos, los ayatolás contemplan la posibilidad de utilizar la baza del petróleo, apoderándose de navíos extranjeros en el Golfo Pérsico, amenazando a las fuerzas navales de los Estados Unidos o considerando el posible – aunque hoy por hoy hipotético - cierre del Estrecho de Ormuz, la ruta estratégica más importante para el transporte de crudo, vital para el comercio internacional.

Mantener al enemigo a raya mediante batallas más allá de las fronteras de Irán ha sido una doctrina crucial en la agenda de seguridad y política exterior de Teherán, promovida y seguida en particular por el general Qasem Soleimani, jefe de las Fuerzas Quds.

En caso de un conflicto generalizado, Irán podría contar también con el apoyo de Rusia y China, aliados clave que se han negado a condenar públicamente a Hamás por matar a civiles israelíes. Ambos países han estado impulsando la cooperación militar con la República Islámica, que redundó en la celebración de maniobras navales conjuntas en aguas internacionales.

El Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, se dirigió al régimen de los ayatolás con una súplica: Por favor, no intervengan en este conflicto. La respuesta – tácita – de Teherán fue: Por favor, no nos obliguen a intervenir. 

jueves, 19 de octubre de 2023

Teherán - Tel Aviv: espadas en alto

 

El pasado sábado, pocas horas después de finalizar el descanso de Sabbat, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, realizó una visita relámpago a la frontera de Gaza. Su propósito: espolear a los militares que esperaban la orden de batalla. ¿Estáis listos para la próxima fase?, preguntó Bibi Netanyahu, el único político hebreo que no había logrado ascender en el escalafón del ejército israelí. El capitán Netanyahu, valiente pero indisciplinado, consiguió llevar a cabo varias operaciones militares brillantes, que… no contaron con el aval de sus superiores. Unas actuaciones excepcionales, dignas de un consejo de guerra o… ¡de una medalla merito!

Sí, las tropas congregadas en la línea divisoria con Gaza estaban preparadas para entrar en combate. Sin embargo, el establishment no había encontrado respuesta al sinfín de preguntas que acompañaban este operativo de castigo. ¿Acabar con Hamas? Pero. ¿cómo? ¿Arrasar Gaza? ¿Y después? ¿Quién custodiará los cadáveres? ¿Quién vigilará los camposantos? ¿Quién administrará las toneladas de escombros? ¿Quién será el vencedor de la contienda? Muchos interrogantes y pocas respuestas. Y en eso, ¡llegó el tío Joe!

No se sabe si a Joe Biden lo llamó el propio Netanyahu, como insinúan los rotativos estadounidenses, su fiel escudero, Antony Blinken, que navegaba entre las capitales de la zona, tratando de negociar algún acuerdo con los líderes árabes – Oriente Medio estaba a rojo vivo – o alguna advertencia de los servicios secretos: Míster President, Irán parece dispuesto a tomar cartas en el asunto. De todos modos, el inquilino de la Casa Blanca optó por desplazarse personalmente a la región para reiterar su apoyo firme e incondicional al pueblo de Israel. Su visita fue precedida por la llegada a la zona de os gigantescos portaaviones de la flota norteamericana, el Gerald S. Ford y el Dwight D. Eisenhower, que tomaron posiciones cerca de las costas de Siria y de Líbano. A la fuerza naval se suman unos 2.000 a 4.000 efectivos terrestres.

Al ex lugarteniente de Barack Obama, inmerecido Premio Nobel de la Paz, testigo durante su mandato del mayor número de conflictos bélicos a escala mundial, lo acompañaban los duendes de la política exterior estadounidense; la situación creada por la intromisión de Teherán en el conflicto exigía la presencia de un nutrido equipo de politólogos. La crisis corría el riesgo de inflamar toda la zona.

Teherán había advertido: si el ejército de Israel entra en Gaza, nos reservamos en derecho de adoptar una serie de medidas preventivas. Si se desencadena un operativo contra nuestros aliados libaneses de Hezbollah, será un auténtico casus belli. Irán tiene los medios (¡y el deseo!) de afrontar el combate. Tremendo y doloroso golpe para Washington, que acababa de desbloquear 6.000 millones de dólares de los fondos iraníes congelados en los bancos americanos; un primer gesto de apaciguamiento de la Administración Biden hacia el régimen de los ayatolás.  Duro golpe para Biden, que tampoco pudo reunirse con los gobernantes árabes en la cumbre de Amman, auspiciada por el rey Abdalá de Jordania. Los participantes – Egipto y la Autoridad Nacional Palestina – cancelaron su participación. El lenguaje empleado por Biden no encaja con la mentalidad de la clase dominante de la región.

Joe Biden tuvo que añadir unos cuantos peros a sus palabras de apoyo incondicional a Israel. Si bien no criticó la decisión de Tel Aviv de llevar a cabo una operación de limpieza en Gaza, señaló que la intervención militar debía ajustarse a las leyes de la guerra y a los cánones del derecho humanitario, es decir, respetando los criterios de proporcionalidad. Para los juristas, ello se traduce por otro eufemismo: intervenir de manera justa y fuerza adecuada. Después del conflicto, se dirá que ello resultó ser… inviable. De momento…

De momento, Joe Biden y Benjamín Netanyahu se dedican a deshojar margaritas. ¿Atacar? ¿No atacar? Hamas bien merece un castigo ejemplar, estiman los israelíes, sorprendidos por la incursión de los radicales gazatíes en su territorio.

El primer ministro de Israel, partidario de castigar a Irán por su amenazante proyecto nuclear, ha redescubierto esos días el viejo, aunque no anticuado, programa político del ayatolá Jomeini, que finalizaba el ardoroso mensaje: nuestra lucha concluirá cuando la bandera verde del Islam ondee en Jerusalén. 

Espadas en alto. Malos augurios para los Nóbel de la Paz y sus secuaces…

viernes, 6 de octubre de 2023

La guerra de Nagorno Karabaj: la culpa es de… Stalin

 

Al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, se le esperaba esos días en Granada para la celebración de una ronda de negociaciones discretas con su homólogo armenio, Nikol Pashinian. Pero la invitación, cursada por Bruselas, fue rechazada por el hombre fuerte de Bakú, visiblemente molesto por el lenguaje empleado por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. No es este el primer fracaso de la diplomacia de la UE, que ofreció sus buenos oficios para intermediar entre azeríes y armenios y evitar un nuevo conflicto armado, aunque su objetivo oculto era reducir la influencia de Rusia en la región transcaucásica.

Cierto es que el lenguaje empleado por el belga Charles Michel nada o poco tiene que ver con las exquisitas palabras de su colega alemana, Ursula von der Leyen, que llegó a calificar a Alíyev de interlocutor digno de confianza.  

Lo cierto es que los participantes a la cumbre de Granada tuvieron que contentarse, esta vez, con la presencia del presidente armenio, Nikol Pashinian, un convidado de piedra que no eclipsó la mediática actuación del ucranio Volódimir Zelenski. Obviamente, el conflicto de Transcaucasia (aún) no vende…

Pero volvamos al escenario del enquistado conflicto de Nagorno-Karabaj, de este atroz rompecabezas donde se entremezclan factores étnicos, ideológicos y religiosos. Para algunos analistas occidentales, el principal responsable de este estado de cosas es… José Stalin, el dictador que confiaba en el internacionalismo proletario y la convivencia pacífica entre pueblos. Pero el desmantelamiento de la URSS puso de manifiesto los errores de la doctrina comunista.

La autoproclamada República de Nagorno-Karabaj – Artsaj – establecida hace 32 años por la comunidad armenia de esta región fronteriza - dejará de existir a partir de enero de 2024, al negarse sus pobladores a aceptar una reintegración pacífica forzosa a Azerbaiyán, la exrepública socialista soviética poco propensa a ofrecerles ningún tipo de autonomía ni garantías creíbles de seguridad.

En realidad, todo empezó el pasado 19 de septiembre, cuando el Gobierno de Bakú desencadenó una ofensiva contra el enclave armenio, alegando la presencia de terroristas en el suelo de Artsaj. El contingente azerí contaba con 60.000 hombres; las fuerzas armadas de Artsaj, con apenas 2.500, las fuerzas de paz rusas desplegadas en los confines de Nagorno Karabaj con Azerbaiyán, con 2.000 efectivos. La escapada bélica azerí finalizó en la tarde del 28 de septiembre, tras la derrota de las milicias de autodefensa locales y la capitulación del Gobierno regional.  

Armenia no participó en los combates ni en las negociaciones entre Azerbaiyán y las autoridades de Nagorno Karabaj. Más aún, el presidente Nikol Pashinian, reconoció a Nagorno Karabaj como parte integrante de Azerbaiyán. Sin embargo, el líder armenio no dudó en calificar la agresión de operativo de limpieza étnica, acusando al contingente de interposición ruso de no haber velado por la seguridad de los residentes del enclave. Conviene señalar que los reproches de Pashinian coincidieron con… el final de las primeras maniobras conjuntas armenio-norteamericanas, que tuvieron por escenario el territorio de Armenia, país que todavía alberga importantes instalaciones logísticas del ¡ejército ruso!

¿Hubo abandono deliberado de los pobladores de Artsaj por parte de las autoridades de Ereván, como insinúan los manifestantes congregados ante la sede de la Presidencia de Armenia?  Lo cierto es que la posición del gobierno armenio es a la vez oportunista y tramposa. Su postura ambigua respecto a la pacificación de Nagorno-Karabaj, sus recientes amistades con las potencias occidentales, sus reiteradas críticas a la Federación Rusa tratan de poner en una posición incómoda a Moscú, que no ha renunciado a su compromiso humanitario, esperando mantener su influencia en la zona.

Por su parte, Occidente vincula deliberadamente a Armenia con costosos contratos de suministro de armas, destinados a consolidar su presencia en la región transcaucásica.

Azerbaiyán, cuya población es de origen turcomano, juega la baza del apoyo político y diplomático de la Madre Patria - Turquía - y de la ayuda militar y económica de Israel. Su presidente, Ilham Aliyev, el gran ausente de la cita de Granada, advierte: Ereván es territorio azerí; lo reconquistaremos.

El otro protagonista del conflicto enquistado - Irán – se limitará por ahora a proteger sus fronteras. Definirá su papel estratégico una vez que las aguas vuelvan a sus cauces.

La opinión pública armenia culpa del éxodo de refugiados de Nagorno-Karabaj – más de 100.000 personas desplazadas al escribir estas líneas - tanto a Azerbaiyán como a la inoperancia de la UE. Bruselas se volvió especialmente dependiente de las exportaciones de hidrocarburos de Bakú después de auto privarse del gas ruso.

Todo el mundo dice que se preocupa por nosotros, los armenios, pero ¿dónde están? ¿Dónde está Francia? ¿Dónde están los EE.UU.? ¿Dónde está el Consejo Europeo?, inquieren los jóvenes armenios.

Decididamente, Transcaucasia aún no vende…


martes, 3 de octubre de 2023

Fragancias que matan

 

Extraño país, este, donde los fabricantes de perfumes se dedican a enaltecer las hazañas poco pacíficas de sus compatriotas, dirán algunos, al descubrir - probablemente asombrados – la notica del perfumero de la Franja de Gaza que lanzó una nueva fragancia con… temática de misiles.

Para Bilal Abu Saraya, un gazatí de 23 años de edad, no existe contradicción alguna entre el comercio y la política. Bautizar una fragancia con el nombre de un misil es… lo más normal del mundo. En Gaza, el perfume huele a misiles de la resistencia, afirma rotundamente el comerciante palestino, cuyos frascos de perfume rinden homenaje a la Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de al-Aqsa, autores materiales de los ataques balísticos contra el territorio israelí, durante la Operación Guardianes del Muro de 2021.

El frasco-misil dedicado a la Yihad Islámica lleva el apodo de Burak 100, recordando el corcel que llevó al Profeta a la Ciudad Santa de Jerusalén. El de las Brigadas de los Mártires de al Aqsa tiene, por ahora, la designación técnica del artefacto.

¿Disparate? No, en absoluto, estima Abu Saraya. Es una idea antigua, pero que se ha vuelto muy popular recientemente entre los jóvenes, rebeldes que aman la resistencia.

La noticia, difundida en las redes sociales israelíes el pasado fin de semana, causó a la vez indignación y estupor. Las fragancias de la muerte, estiman los pobladores del Estado judío, víctimas potenciales de los ataques palestinos.

Deberíamos exportar esos perfumes a Occidente, para que se entere la gente cómo funciona la mente de los palestinos, sostienen otros. ¡Ay! la vena comercial… 

jueves, 14 de septiembre de 2023

La seguridad nuclear, clave de un acuerdo de paz entre Israel y Arabia Saudita


Unas semanas antes de la firma de los acuerdos de Oslo, las representaciones diplomáticas estadounidenses en Oriente Medio recibieron un cable del Departamento de Estado que rezaba: a partir de ahora, conviene utilizar la expresión proceso de paz al informar sobre el conflicto palestino-israelí.

Tres décadas después del histórico apretón de mano de la Casa Blanca, protagonizado por Isaac Rabin y Yasser Arafat, la paz no ha vuelto a la malhadada Tierra Santa. Es cierto que, tras la firma de los Acuerdos Abraham, que redundaron en la normalización de las relaciones entre el Estado judío, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos, seguida por el establecimiento de vínculos formales con Marruecos y Sudán, el mapa de la convulsa región de Oriente ha experimentado importantes cambios. Quedan, sin embargo, varios desafíos. La diplomacia estadounidense no ha logrado vencer las reticencias de Arabia Saudita, el país clave para la deseada pacificación de la zona. La monarquía wahabita ha mantenido su postura primitiva: sin la solución de la cuestión palestina, es inconcebible un acuerdo de paz con Israel.

Pero hay indicios de que la solución del conflicto, sí del conflicto, podría aproximarse. Al sigiloso diálogo triangular Washington-Riad-Tel Aviv se ha sumado recientemente una nueva vía de comunicación: los contactos directos entre la Corona saudí y la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Y ello, tras el establecimiento de relaciones diplomáticas formales entre el Reino y la embrionaria estructura gubernamental palestina.

Una delegación integrada por altos cargos de la ANP mantuvo recientemente conversaciones en Riad con sus homólogos saudíes. Entre los temas abordados figuraban el sustancioso incremento de la ayuda económica de Riad a la Autoridad Palestina, así como el apoyo diplomático para la congelación de la política de anexión territorial llevada a cabo por el Gobierno de Netanyahu.

Arabia Saudita no parece muy propensa a entablar negociaciones sobre el estatuto de Jerusalén, el tercer santuario del Islam. En principio, la custodia de los Santos Lugares musulmanes de la Ciudad Santa recae en la monarquía jordana. Aunque…

A comienzos de la primera Intifada, durante un rocambolesco encuentro de emisarios del establishment militar israelí con la cúpula “invisible” de la resistencia palestina, celebrado en Jerusalén Este, un antiguo jefe de los servicios de inteligencia del Estado judío, visiblemente molesto por el aluvión de preguntas irreverentes formuladas por los interlocutores árabes, lanzó una advertencia:

¡Cuidado! No os paséis. De lo contrario, os vamos a devolver a Hussein. (el rey de Jordania)

¿Y por qué no al rey Fahd? repuso uno de los líderes del levantamiento palestino.

Siguió un momento de silencio; alguien reveló – voluntaria o involuntariamente – el secreto. En efecto, en aquél entonces, Tel Aviv barajaba la alternativa de ofrecer la custodia del Haram al Sharif, el Monte del Templo y la mezquita de Al Aqsa, a la dinastía saudí. Pero el proyecto no se materializó.

Hoy en día, parece que la paz entre Israel y Arabia Saudita tiene más valedores que detractores. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quiere acabar su actual mandato con un apoteósico acuerdo de paz. Sería la culminación de su paso por la Casa Blanca.  

Benjamín Netanyahu, obligado de hacer malabarismos para mantenerse en el poder, aceptará cualquier acuerdo que podría facilitarle el acceso a los dulces saudíes. Para el Primer Ministro israelí, perseguido por la justicia de su país, los dulces saudíes presuponen, en realidad, un auténtico balón de oxígeno.

Netanyahu reclama, como contrapartida, la firma de un acuerdo de seguridad con los Estados Unidos centrado en disuadir a Irán como parte de la normalización de las relaciones entre Israel y Riad, así como la supervisión por personal estadounidense de un futuro proyecto nuclear saudí.

Para el heredero de la Corona de los Saúd, Mohamed Bin Salman, la jugada parece aún más compleja. Al ansiado acceso a la tecnología israelí, conseguida hasta ahora a través de acuerdos triangulares negociados en Nueva York o en algunas capitales europeas, la paz con Israel supondría la puesta en marcha de un ambicioso programa nuclear, amén de un sustancioso incremento de las ventas de armamento norteamericano de última generación, reservado a los incondicionales de Washington.

Para la Autoridad Nacional Palestina, que acusó a los primeros firmantes del Acuerdo Abraham de asestar una puñalada en la espalda de los habitantes de Cisjordania y Gaza, el acuerdo con los saudíes presupone un importante flujo de capital, indispensable para aliviar la pobreza y calmar las tensiones que reinan en los territorios palestinos. La ANP es consciente de que las concesiones territoriales en Cisjordania son difícilmente concebibles con el actual Gobierno de Netanyahu, integrado por los partidos de extrema derecha Sionismo Religioso y Poder Judío, que no tienen intención alguna de aceptar las exigencias de la ANP y de sus aliados de Riad. Para los socios de Gobierno de Netanyahu, la Autoridad Palestina sigue siendo el acérrimo enemigo que hay que derrotar.

Todo es negociable y asumible; sin prisas, aseguran los asesores políticos de la Casa Blanca.  Pero el tiempo apremia; Rusia y China vuelven a colocar sus pones en el tablero meso oriental. 

viernes, 8 de septiembre de 2023

¿Quién teme a los BRICS?


La reciente adhesión de seis nuevos países - Arabia Saudita, Argentina, Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos – al bloque de los BRICS, agrupación de países emergentes liderada por Rusia y China, ha hecho correr mucha tinta en los rotativos del llamado Occidente colectivo, eufemismo empleado por los promotores del no menos novedoso concepto de potencia euroasiática, aplicable a… Rusia.

El Occidente colectivo engloba, pues, a los países industrializados – Estados Unidos, la Unión Europea y… Japón. El Occidente colectivo desconocía o, mejor dicho, se negaba a reconocer la existencia del bloque BRICS – Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica – creado hace más de una década por los estrategas de Pekín y Moscú. Su principal objetivo: crear una estructura económica y financiera diferente de la que regía las relaciones internacionales después de los Acuerdos de Bretton Woods y la introducción del sistema de regulación controlado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial a través de una moneda única: el dólar. La otra moneda fuerte, el euro, adoptada por los países de la Unión Europea hace apenas dos décadas, encarna para los BRICS el mismo recelo, al representar la no siempre deseada imagen del Occidente colectivo.

Uno de los objetivos prioritarios de los BRICS es el abandono de las transacciones comerciales en dólares, su sustitución por el uso de monedas nacionales y la espera de la creación de una unidad monetaria propia, aceptada a priori por una cuarentena de países. Ni que decir tiene que esa perspectiva suscita temores en Occidente. Y más aún, teniendo en cuenta que el BRICS XI, el nuevo bloque, aglutina al 46% de la población mundial, representa el 29% del PIB del planeta, el 22% de los intercambios comerciales y el 42% de la producción global de petróleo. El rotativo británico Financial Times lanza un grito de alarma: en la próxima cumbre de los BRICS, que tendrá lugar en Rusia en 2024, Pekín instará a sus socios a convertir la formación en el rival geopolítico del G7.

Ficticia o real, la supuesta amenaza está basada en las declaraciones de intenciones de algunos miembros (y futuros candidatos) que estiman que el bloque debería contar con una estructura política y también con… ¡proyectos de defensa! Pero Rusia y China no parecen dispuestos a abordar el tema en un futuro próximo.

Aunque los asesores de seguridad de la Casa Blanca insisten en que Washington no tiene interés alguno en entorpecer la marcha de los BRICS, la impresión de muchos politólogos occidentales es que el propósito de los Estados Unidos es de dinamitar las estructuras del bloque. Con razón: entre los quince candidatos a la próxima ampliación figura también Turquía, miembro fundador de la Alianza Atlántica.

Estamos en un mundo multipolar donde los BRICS superan al G7 y Estados Unidos no lo acepta, afirmaba recientemente el economista estadounidense Jeffrey Sachs, antiguo asesor de la Casa Blanca, de las Naciones Unidas y de varios políticos norteamericanos.

Ya estamos en un mundo post-estadounidense y post-occidental, asegura Sachs, subrayando el hecho de que la Casa Blanca sigue persuadida de que gobierna un mundo en el que sólo Rusia y China son sus rivales.

Podríamos dirigirnos hacia un mundo de conflictos y desastres masivos, o hacia un mundo en el que algún líder estadounidense inteligente y no octogenario se levante y diga: Ya no necesitamos a la OTAN; lo que necesitamos es tener relaciones normales con China, India, Rusia, Brasil y la Unión Europea. De repente, la percepción del panorama mundial sería muy diferente, concluye Sachs.

Cabe suponer que en la antigua Unión Soviética a Jeffrey Sachs le hubieran tratado de enemigo del pueblo con todas las consecuencias que ello implica. Pero aparentemente, hoy por hoy hablar de multipolaridad en los Estados Unidos no es un crimen.   

miércoles, 6 de septiembre de 2023

Putin - Erdogan: en tablas

 

Aseguran los testigos que el diálogo entre los dos jefes de Estado parecía estar sacado de una obra de teatro del dramaturgo franco-rumano Eugène Ionesco:

Vladímir Putin: Querido amigo Erdogan: Sé que tiene la intención de plantear la cuestión del acuerdo de cereales. Estamos abiertos a negociaciones sobre el tema.

Recep Tayyip Erdogan: Hermano Putin, traigo una propuesta irrenunciable. Se la envía el Secretario General de las Naciones Unidas. El mundo entero está esperando noticias sobre el porvenir del corredor de cereales.

Vladímir Putin: ¿Trae también noticias sobre sobre el centro de distribución de gas natural (ruso) de Turquía? Luego hablaremos del acuerdo sobre cereales.

Esta vez, los conciliábulos a alto nivel se parecían más a un regateo en el zoco.

Erdogan venía con buenas intenciones; se trataba de resucitar la iniciativa del Mar Negro, que Moscú abandonó en el mes de julio, alegando que Occidente no había cumplido su parte del trato. También pretendía el sultán reforzar su imagen de mediador entre dos países en guerra – Ucrania y Rusia – y sacar rédito del prestigio obtenido a nivel nacional, uno de los factores clave que facilitó su victoria electoral el pasado mes de mayo.  Sin embargo, esta vez…

Vladímir Putin, conocedor de la propuesta redactada por el portugués Antònio Guterres, secretario general de la ONU, exigía más, mucho más. En principio, el paquete de medidas elaborado por las Naciones Unidas debía facilitar las exportaciones de alimentos y fertilizantes rusos, interrumpidas por las medidas adoptadas por Occidente en 2022. Cierto es que las restricciones no afectan, en principio, los productos alimentarios y los fertilizantes. Sin embargo, la desconexión de los bancos rusos del sistema SWIFT y el bloqueo de los activos de empresas rusas congelados en Occidente frenaron las exportaciones. A ello se deben añadir las trabas impuestas a las aseguradoras, navieras y entidades financieras interesadas en el comercio con Rusia.

Entre las propuestas enviadas por Guterres figura la conexión de la filial europea del Banco Agrícola ruso Rosseljozbank al sistema electrónico de pagos SWIFT, así como el desbloqueo de algunos activos. Sin embargo, Putin estima que no es bastante generosa. ¿Reconectarse a SWIFT? ¿Por qué no? ¿Ampliar la lista de entidades bancarias beneficiarias de la generosidad de la ONU? Por supuesto. Y ya que estamos, ¿no convendría pedir la reapertura del gasoducto de Togliatti – Odessa, utilizado para la exportación de fertilizantes rusos a través de los puertos ucranios? ¿O el levantamiento del embargo al suministro de recambios para tractores? Es de justicia.

Erdogan se comprometió a trasladar la contrapropuesta de Putin a las Naciones Unidas.  La reactivación del acuerdo de cereales tendrá que esperar.

Durante la rueda de prensa conjunta celebrada al final de las consultas, alguien aludió a la crisis alimentaria que provocaría el bloqueo de las exportaciones de grano de Ucrania, al espectro de la hambruna.

La cuota de mercado de las exportaciones de cereales ucranios es del 5 por ciento, respondió fríamente Vladímir Putin. Añadió el hombre fuerte del Kremlin que Rusia suministrará un millón de toneladas de cereales a los puertos turcos, que asegurarán su posterior transporte gratuito a países del tercer mundo. El operativo sería financiado por Qatar, país amigo de Rusia y de Turquía.

Poco trascendió sobre el porvenir del centro de distribución del gas natural ruso de Turquía. Aparentemente, ambos países tienen interés en la puesta en marcha del proyecto, que facilitaría el suministro del gas ruso a otros Estados del Mediterráneo. Rusia tiene interés en acelerar el proceso. Turquía recuerda, sin embargo, eso sí, en voz baja, que el gasoducto Turkish Stream, construido en cooperación con Moscú, ha sido atacado repetidamente con drones. ¿Drones? Erdogan prefiere guardar silencio.

Putin – Erdogan: en tablas. Cuando las cosas se complican…