domingo, 24 de septiembre de 2017

El “hombre cohete”, el “viejo chocho” y el falso Kaláshnikov


Con la inauguración de un imponente monumento de nueve metros dedicado al ingeniero Mijaíl Kaláshnikov, inventor del famoso fusil de combate AK-47, celebró Rusia el “día del armero”. La ceremonia coincidía, extrañamente, con la clausura de las maniobras militares Zapad – 17(Occidente 17), realizadas conjuntamente con las fuerzas armadas de la vecina Bielorrusia. 

El ministro de Cultura ruso, Vladímir Medinski, encargado de presidir el homenaje, no dudó en señalar que el AK-47 era una “marca cultural” del país. Por su parte, el escultor Salavat Scherbakov, autor de la obra, estima que el fusil de Kaláshnikov es equiparable a un “objeto de arte, como por ejemplo un violín Stadivarius”.

Lo cierto es que el consorcio militar Kaláshnikov, creado en 2013, produce el 95 por ciento de las armas de la Federación Rusa. Durante la última década, las exportaciones de material bélico registraron un incremento superior al 100 por ciento. 

¿”Marca cultural”? ¿Stradivarius? Apenas tres días después de su inauguración, el coloso se vio desposeído de su arma: la imagen de bronce no era un AK-47, sino un fusil alemán de la Segunda Guerra Mundial, el StG - 44. El garrafal error fue detectado por el historiador ruso Yuri Pasholok, poco propenso a perdonar el fallo. El erudito reclama un… castigo ejemplar. Con razón: ¿un arma automática nazi en manos del legendario inventor ruso? 

La verdad es que todo es posible en un mundo en el que los criptoestadistas se tachan alegremente de “hombre cohete” (el coreano Kim Jong-un) o “viejo chocho” (el flamante presidente de los Estados Unidos, Donald Trump). En un mundo en el que el lobo con piel de cordero (la OTAN) pretende estar aterrorizado por la presencia del oso (ruso) en los linderos de la UE y la Alianza Atlántica.

Pero volvamos a las consideraciones de orden geoestratégico, es decir, a las maniobras militares Zapad – 17. Durante la reunión anual de la cúpula de la OTAN, celebrada esos días en Tirana, el general checo Petr Pavel, jefe del Comité Militar de la Alianza, expresó la preocupación de los círculos atlantistas frente a los juegos de guerra llevados a cabo recientemente por los ejércitos de Rusia y Bielorrusia en el Mar Báltico, Rusia occidental y el enclave estratégico de Kaliningrado.

Según datos facilitados por el Estado Mayor ruso, en las maniobras participaron 17.200 efectivos de Bielorrusia y Rusia, 70 aviones de combate y helicópteros, 250 tanques, 200 equipos de artillería, lanzacohetes múltiples, sistemas balísticos nucleares, así como 10 buques de guerra.  Sin embargo, el general de la OTAN estima que el número de militares involucrados en Zapad – 17 oscila entre 70.000 y 100.000 soldados. Nada que ver con las cifras barajadas por Moscú. 

A pesar de las solemnes garantías ofrecidas por Rusia, de que "no consideraba a la OTAN como enemigo", y que "las maniobras no iban dirigidas contra la Alianza”, el militar checo manifestó que los rusos trataban de tergiversar los datos. "Si nos fijamos sólo de la versión rusa, no debería haber razones de preocupación. Sin embargo, si analizamos el panorama global, deberíamos estar inquietos. Hay indicios de preparativos para un gran conflicto”, manifestó Paul. En efecto, la OTAN estima que las maniobras encubren una simulación de conflicto con los Estados Unidos y sus aliados europeos. Recuerdan también que en 2009 los rusos simularon un ataque nuclear dirigido contra Polonia, mientras que en 2013 el blanco resultó ser… la neutral Suecia. Craso error: en aquellas fechas, Moscú preparaba su intervención en la península de Crimea, así como la operación en el Dombás.

¿Inquietud? En las últimas dos décadas, la OTAN modificó los confines de las llamadas zonas de influencia diseñadas en Yalta, realizando un considerable acercamiento a Rusia. En realidad, se trata de un avance de… ¡mil kilómetros en dirección de la guarida del Oso ruso! 

El Ministerio de Defensa de la Federación Rusa señaló, por su parte, que Moscú no tenía intención alguna de simular un ataque contra sus vecinos “ex comunistas”, Lituania, Letonia, Polonia y Ucrania, y que en realidad Occidente está amenazando la estabilidad en Europa del Este con los más de 4.000 de soldados acantonados en los países Bálticos y Polonia, en la base de Deveselu, situada en Rumanía, o de las instalaciones de vigilancia balística, aún sin estrenar, de la localidad polaca de Redzikowo. La llegada masiva de este contingente se produjo, recordémoslo, en los últimos meses del mandato del Presidente Obama, mal apodado… “Premio Nobel de la Paz”. 

Para Moscú, todo ello se resume en unas palabras: a Kaláshnikov rezando y con la OTAN dando. Y como siempre, pagarán justos por pecadores…

martes, 19 de septiembre de 2017

Israel: ¿un rayo de luz?


¿Nos encaminamos hacia la Paz? ¿Hacia un largo, prolongado período de ni Paz, ni Guerra? ¿Hacia el final de la pesadilla del aislamiento?

El optimismo reina esos días en los círculos oficiales de Tel Aviv. La diplomacia hebrea ha decidido centrar sus baterías en tres acontecimientos preponderantes, que podrían modificar el equilibrio estratégico en la zona: la decisión del monarca de Bahréin de autorizar las visitas de sus súbditos a Israel, el anuncio de la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Kurdistán iraquí y, por último, aunque quizás lo más importante, la reconciliación entre el movimiento islamista gazatí Hamas y la laica Al Fatah, que gobierna en Cisjordania. El análisis de los politólogos israelíes consiste en una extraña mezcolanza de satisfacción e inquietud. Efectivamente, algo está cambiando en la convulsa región.

El rey de Bahréin, Hamad bin Isa Al Jalifa, escogió la ciudad de Los Ángeles y, más concretamente, la sede del prestigioso Centro Simon Wiesenthal, para anunciar la creación en su país de un museo dedicado a la Tolerancia Religiosa. Pese a que Bahréin no mantiene relaciones diplomáticas con el Estado Judío, la Corona contempla un posible y hasta deseable incremento de las visitas de bahreiníes a Israel. ¿Normalización? ¿Condena del boicot anti-israelí? Algo se mueve en las capitales del Golfo Pérsico. Algunos analistas occidentales estiman que la espectacular iniciativa del monarca podría estar relacionada con la reciente gira meso oriental de Donald Trump.

Pero hay más: la propia Arabia Saudita, que desempeñó durante décadas el papel de adalid de la campaña ideológico-propagandística llevada a cabo por el mudo árabe-musulmán  contra el llamado “ente sionista”, prefiere alejarse de la postura radical de los ayatolás de Teherán, quienes llevan la voz cantante en la batalla contra Israel. No hay que extrañarse, pues, si el “establishment” de Tel Aviv apuesta por más cambios en las semanas o meses venideros.

La autodeterminación de la región autónoma del Kurdistán iraquí es otro de los objetivos estratégicos del Estado Judío. Sin embargo, conviene recordar que el referéndum independentista organizado por las autoridades provinciales cuenta con el veto del Gobierno de Bagdad y con el contundente rechazo de la Administración estadounidense. Con razón: un embrionario Kurdistán independiente podría convertirse en una auténtica bomba de relojería para las minorías étnicas de la región. De hecho, hay ciudadanos de origen kurdo en Irak, Turquía, Irán y Siria. Ni que decir tiene que un Estado nacional kurdo de reciente creación afectaría el ya de por sí frágil equilibrio regional. Si bien es cierto que los estrategas del Pentágono parecían propensos a rediseñar, hace una década, un Oriente Medio confesional o… tribal, los políticos occidentales no comparten su criterio. Israel, en cambio, apuesta por el resurgir de los Estados religiosos. No hay que extrañarse: estas estructuras se asemejan a… la vocación primitiva de Eretz Israel. Por otra parte, se rumorea que las autoridades hebreas tendrían la intención de “colonizar” el Kurdistán, es decir, enviar población de origen judío a la zona. ¿Mera propaganda? No exactamente: la región autónoma cuenta ya con un importante elenco de establecimientos israelíes. 

Pero el acontecimiento más importante es, sin duda alguna, el anuncio de la reconciliación entre las dos facciones rivales palestinas: Hamas y Al Fatah. La noticia, aún no confirmada, supondría la cesión del poder administrativo en la Franja a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), expulsada de Gaza en 2007, tras arduos combates entre las milicias de la OLP y las brigadas de Hamas. Los militantes islámicos, dispuestos a entregar las riendas del poder al Presidente palestino, Mahmud Abas, confían en conservar el control en materia de seguridad y orden público. Su ofrecimiento llegó a través del jefe de los servicios de inteligencia egipcios, coordinador de las consultas indirectas entre Hamas y Al Fatah.

Caso de materializarse, el proceso podría desembocar en la reunificación de los territorios palestinos – Cisjordania y Gaza - la celebración de elecciones generales, la convocatoria de una conferencia en la que participarían todas las facciones políticas y militares interesadas en la creación de un Gobierno de Unidad Nacional. Las aguas volverían, pues, a sus cauces, después de una década de luchas fratricidas.

Para los habitantes de la Franja, ello supondría el final del aislamiento impuesto después de 2007 por las autoridades egipcias e israelíes. Gaza, con su millón y medio de habitantes es, sin duda el territorio más poblado del planeta. Un territorio donde los alimentos, las medicinas, el fluido eléctrico y el agua potable escasean. Tal vez sea ésta una de las razones por la cual los gobernantes islámicos hayan decidido tirar la toalla. 

Hamas se rinde; Al Fatah gana. El júbilo de los palestinos contrasta, sin embargo, con la preocupación de los israelíes. En efecto, durante años, los políticos de Tel Aviv tildaron al Presidente Abas de personaje irrelevante, incapaz de mantener la unidad de los territorios palestinos. La reconciliación cambiaría por completo los datos del problema. El “irrelevante” Abas (o su sucesor) acabaría convirtiéndose en el “raís”, el jefe, el líder de todos los palestinos. Es algo que los “halcones” israelíes no verían con buenos ojos. Sin embargo, los pobladores del Estado Judío intuirían un tímido rayo de luz en el horizonte, un paso más hacia la meta: el final del aislamiento, de la pesadilla.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Brrr... exit? (În limba română)


A treia rundă de consultări între Uniunea Europeană și Regatul Unit, privind modurile de despărțire de britanici (Brexit), s-a încheiat fără rezultate vizibile.  

Temele abordate de negociatori, factura Londrei, drepturile cetățenilor europeni rezidenți în Marea Britanie și ale englezilor care trăiesc în Europa comunitară și granița dintre cele doua Irlande – Eire și Ulster – nu și-au găsit răspunsul pozitiv. Lipsă de imaginație, de voință politică? Adevărul este că negocierea s-a împotmolit.

Există motive serioase de îngrijorare; ruperea totală a Angliei de UE trebuie să se înfăptuiască în 29 martie 2019, adică peste numai 18 luni. În rândul pesimiștilor sunt unii care vorbesc deja despre un divorț “cu forța”, despre o ruptură inevitabilă și ireparabilă. Optimiștii, la rândul lor, visează (da, acesta este cuvântul!) la un al doilea referendum menit să anuleze rezultatele primului. “Eurocrații” își reafirmă poziția inițială: afară înseamnă afară, cu toate consecințele.

Emisarii Londrei, care reclamă un statut “special” pentru Marea Britanie sau, cum spun unii, o relație “cât mai profundă posibil”, nu par dispuși să cedeze atunci când calculează datoria britanică.

Trebuie amintit că Londra s-a bucurat până acum de acest mult dorit “statut special”, care îi permitea să profite de avantajele asocierii – finanțe comunitare, piață unică, circulație liberă, sistem sanitar european – fără să își asume posibilele sau imaginabilele inconveniente: adoptarea monedei unice sau respectarea normelor unei deja depreciate politici agricole comune.

Bruxelles calculează datoria Londrei la aproximativ 60 sau 100 de miliarde de euro, care include angajamentele financiare asumate de Marea Britanie până în anul 2020. Este vorba despre programe de finanțare comunitară negociate înainte de referendumul de ieșire din Uniune.

Deși la începutul consultărilor despre Brexit britanicii s-au angajat să își respecte “obligațiile morale”, actualul șef al delegației engleze, David Davis, regretă că “UE cere contribuabilului britanic o sumă prea mare”. La rândul său, negociatorul european, Michel Barnier, consideră că “cei 27 de contribuabili europeni nu trebuie să plătească angajamentele asumate de cei 28”. Defintiv și ferm a fost comentariul actualului șef al Foreign Office, Boris Johnson, care a rezumat poziția Londrei prin laconica propoziție: “liderii UE să meargă la plimbare”…

Barnier crede că propunerea Londrei pentru funcționarea regimului de frontieră între cele două Irlande este un fel de “cal troian”, concepută pentru a facilita exporturile britanice în UE, eludând normativa comunitară. Dar… afară înseamnă afară.

Pe de altă parte, problema drepturilor cetățenilor europeni și britanici ar rămâne nediscutată până la finalul consultărilor. O chestiune pe care europenii nu par dispuși să o accepte.

Pe scurt, căsătoria între Londra și Bruxelles este pe punctul să se rupă după patru decenii de conviețuire accidentată. Dar, ce s-a întâmplat? Cum am ajuns până aici?

Încerc să îmi amintesc. La 14 ianuarie 1963, generalul Charles de Gaulle, președintele Republicii franceze, s-a opus candidaturii britanice la Piața Comună. De Gaulle, unul din ultimii oameni de stat de pe bătrânul continent, a subliniat atunci incompatibilitatea intereselor economice continentale și insulare, aratând faptul că intrarea Londrei ar prejudicia politica agrară comună, transformând Comunitatea Economică Europeană într-o zonă de liber schimb.


Ca și când nu ar fi fost suficient, militarul francez opina că relația privilegiată a Marii Britanii cu America de Nord ar transforma Europa europeană într-o Europă atlantică. De fapt, De Gaulle se îndoia de vocația europeană a englezilor, pe care îi considera…”insulari”.

Britanicii au reușit să adere la Comunitatea Europeană după retragerea generalului De Gaulle. Strălucitul profesor de literatură care i-a urmat la conducerea Franței a ridicat veto-ul.

Acum rămâne întrebarea: cine a greșit? În aparență, temerile generalului s-au materializat…