Uno de los
principales caballos de batalla del Partido para la Justicia y el Desarrollo
(AKP) en la consulta electoral celebrada en Turquía en 2002 fue el lema: Islamizar
la diáspora. Pero pocos gobernantes europeos tomaron en serio en programa
electoral del AKP, tal vez partiendo del supuesto de que los partidos
prometen, pero no cumplen. ¡Craso error! En el caso de Turquía, la
agrupación islámica liderada por Recep Tayyip Erdogan logró que las promesas se
materialicen.
Remusulmanizar
Turquía e islamizar la diáspora, rezaba en
programa del partido de corte religioso, emanación del Refah (Partido del
Bienestar), que no logró sobrevivir a los ataques de los sectores laicos de
la sociedad, más propensos a aceptar las estructuras irreligiosas del estado
moderno creado por Mustafá Kemal Atatürk en 1923.
Pero con el
advenimiento del AKP los datos del problema cambiaron radicalmente. Turquía
acabó convirtiéndose en un país musulmán respetuoso de los conceptos básicos
del Corán y la nutrida diáspora procedente de Anatolia en el… caballo de
Troya del islamismo que – según las agrupaciones democristianas del Viejo
Continente – amenaza la convivencia confesional europea.
Recientemente,
los grandes rotativos alemanes se hacían eco de un proyecto ideado por Erdogan
para aprovechar a la diáspora turca como trampolín para llegar al corazón de
Europa. Se trataba de la creación – con miras a las elecciones europeas del
próximo mes de junio – de un partido turco-alemán, la Alianza Democrática
para la Diversidad y el Despertar (DAVA) llamado a aglutinar los votos de
la emigración musulmana residente en la República Federal.
Al grito de
alarma del democristiano CDU se sumaron las advertencias de algunos medios de
comunicación europeos, que denunciaron la amenaza otomana. Es cierto que
la diáspora turca representa de la comunidad musulmana más numerosa de
Alemania. De los casi 2 millones de inmigrantes, más de la mitad contempla la
posibilidad de echar raíces en suelo germano. También es cierto que las
políticas de integración del Estado federal fueron mucho más laxas en el caso
de los turcos, que gozaron con numerosas ventajas para la obtención de los
permisos de residencia, la nacionalización y la inserción laboral. Actualmente,
varios ciudadanos de origen turco ocupan puestos clave en los Gobiernos
regionales o en la Administración municipal. Pero no serán ellos quienes movilicen
a la diáspora para depositar sus votos para el partido auspiciado por Erdogan.
Hay otros actores encargados de mover los hilos.
En febrero de
2022, Erdogan recibió en Ankara a una nutrida delegación de la Unión de
Demócratas Internacionales (UID), apéndice de su partido en Europa, a la
que instó a crear mecanismos capaces de influir en la política nacional de los
países de residencia. Asimismo, hizo
hincapié en el hecho de que unidos, ningún Estado, partido u organización
europea podrán manipularles, pues se convertirán en una comunidad difícilmente
ignorada por las fuerzas políticas del Viejo Continente.
Al
abordar el tema de una posible injerencia de Ankara en las elecciones europeas,
los políticos alemanes hacen caso omiso de otra realidad, mucho más impactante:
la reciente creación de un grupo de partidos musulmanes nacionales que
se presentará a la consulta de junio con la denominación de Palestina libre.
Se trata, según sus promotores, de una herramienta capaz de contrarrestar
el impacto de los éxitos electorales de la derecha conservadora.
Los integrantes de este grupo son: el Partido
Andalusí, la agrupación musulmana holandesa NIDA, la Unión Democrática. de los
Musulmanes Franceses (UDMF) y el Movimiento Islámico Democrático Italiano (MIID), a los que podrían sumarse otros
grupos musulmanes europeos o pertenecientes a la diáspora. En principio, los
candidatos que obtengan escaños en el Parlamento Europeo se integrarían en la Izquierda
Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, materializando el proyecto del
islamista egipcio Tarik Ramadan, ciudadano suizo y nieto de Hassan al Banna,
fundador de la cofradía de los Hermanos Musulmanes.
Curiosamente,
nadie menciona en los medios europeos la existencia de la agrupación Palestina
libre.
Entre los
objetivos prioritarios de la recién creada agrupación figuran: la libertad de
movimiento de los inmigrantes en suelo europeo, integración multicultural, la
lucha contra la islamofobia. Se trata de Temas prioritarios, que figuraban
también en los programas de los partidos socialistas y ecologistas alemanes o
de las centrales sindicales germanas.
¿Caballos de Troya?
La Unión Democrática. de los Musulmanes Franceses (UDMF) asegura que no tiene intención de islamizar Francia; el Partido Andalusí quiso
enfatizar que el hecho de enseñar árabe a los niños no debe considerarse de
ninguna manera como proselitismo, ya que resta importancia al factor religioso.
El Movimiento Islámico Democrático Italiano (MIID), quiere centrar su campaña en el combate contra la
política antimusulana del Gobierno de Giorgia Meloni.
¿Y Palestina? Nosotros contemplamos la creación de
un nuevo Estado, donde dentro de 100 o 200 años los cristianos, musulmanes y
judíos vivirían pacíficamente, señala Driss Mohamed Amar, líder del partido
islámico-humanista español.
De momento, la próxima cita de Palestina libre es… con las elecciones europeas del mes de junio.