jueves, 20 de mayo de 2021
Priviet, Hamilton
A
quienes desconocen los rudimentos de la lengua rusa o, pura y simplemente,
prefieren no molestarse en consultar un diccionario, sea este un engendro de
Microsoft, de Google o, con un poco de suerte, un viejo libro guardado en la
biblioteca de un ex estudiante anarquista, la traducción de este estrambótico
titular sería Hola Hamilton o Hamilton, se te saluda.
A
la pregunta – muy licita, por cierto - ¿Qué tiene que ver Hamilton con la
lengua rusa? la respuesta sería: ¿Qué hace una patrullera de la Guardia Costera
estadounidense en las aguas del Mar Negro, a escasas millas de las aguas
territoriales de Rusia, Ucrania o Georgia? Es lo que sucedió hace un par
semanas, cuando la embarcación estadounidense cruzó el Bósforo, acompañando al
crucero de la Armada norteamericana Donald Cook. Su misión: colaborar con los
aliados de la OTAN en la región. Un poco lejos, eso sí, de las aguas
territoriales de los Estados Unidos, o tal vez demasiado cerca de las
instalaciones navales de Rusia, archienemiga de Washington – Joe Biden dixit
- que reclama el control del Mar Negro.
Curiosamente,
desde la guerra de Crimea (1853 – 1856), nadie dudó de la supremacía política y
naval rusa en la región. Para la mayoría de los países ribereños, el Mar Negro
se había convertido en un lago ruso. Antes había sido un lago
otomano, un lago griego… Cuando el sultán de Constantinopla ordenó
la anexión de la península de Crimea, se encontró con un territorio poblado por
colonos griegos, asentados en tierras controladas por el Imperio romano de
Oriente.
En
la cumbre de la OTAN celebrada en 2016, el imperator Trump decidió que
el Mar Negro debía pertenecer, al igual que el Báltico, a la nueva potencia
mundial: los Estados Unidos. Tras la desaparición del Pacto de Varsovia, la
protección de las nuevas conquistas incumbía a la… Alianza Atlántica. Los
feudos de Europa septentrional serían defendidos por Polonia y sus vecinos ex
soviéticos, Letonia, Estonia y Lituania; de la vigilancia del Mar Negro se
encargarían Turquía, Bulgaria y Rumanía, aliados incondicionales de Occidente
en la zona.
¿Aliados
incondicionales? Bulgaria fue el primer país de la región en manifestar su
disconformidad con los proyectos atlantistas de la Administración
estadounidense. Apelando a su tradición y vocación paneslavista, Sofia se negó
a participar en operativos bélicos dirigidos contra los hermanos rusos.
Obviamente, la OTAN debía contemplar un… cambio de Gobierno en la rebelde
Bulgaria.
Quedaban
en liza Turquía y Rumanía. Sin embargo, la intentona golpista de 2016, que
pretendía eliminar al presidente Erdogan, cambió el rumbo de la política de
Ankara. El nuevo sultán inició un acercamiento estratégico a Rusia, vecino
molesto de Turquía y enemigo de Occidente, con el cual convenía hacer las paces
entre… dos conflictos.
La
inesperada amistad entre Erdogan y Putín se convirtió en el quebradero de
cabeza de la Casa Blanca y la OTAN. Ankara atesoraba demasiados secretos de la
Alianza. Secretos y arsenales nucleares. El sultán supo utilizar a fondo esas
bazas.
Rumanía,
último aliado de Occidente en el Mar Negro, aprovechó al máximo esta situación
privilegiada. ¿Por qué rechazar la presencia de cazas de la OTAN dispuestos a
realizar vuelos de vigilancia en la región, la instalación de sofisticados
sistemas electrónicos, el constante incremento de tropas desplazadas desde
Alemania? En comparación con sus vecinos búlgaros, los rumanos sí son
rusófobos. Pero su estado de ánimo no basta para solucionar el problema del lago
ruso. Otros países ribereños, Georgia, Ucrania y la República Moldova, podrían
sumarse próximamente a la lista de aliados incondicionales de la Alianza
Atlántica.
Cuando
la patrullera Hamilton cruzó el Bósforo, el crucero Moskva (Moscú) buque
insignia de la Flota Rusa, abandonó su puerto de amarre para acercarse, con sus
misiles de última generación y los sofisticados sistemas de vigilancia
electrónica, a las embarcaciones de la OTAN dispuestas a competir por el
control del lago ruso. No cabe la
menor duda de que el Moskva no traía el amistoso mensaje: Priviet
Hamilton. Pero la historia de este encuentro aún no se ha escrito.
Los
protectorados de la OTAN
El
que esto escribe recuerda que allá, por los años 90, un colaborador de Samuel
Huntington, el autor del Choque de civilizaciones, nos aseguraba
pomposamente que aún quedaban por definir los confines de Europa. Un
argumento un tanto extravagante, proviniendo de un extraeuropeo. Sin embargo, no
muy lejos del codiciado Mar Negro, en la siempre convulsa región de los
Balcanes, asistimos a la representación de otra obra inspirada en el ideario de
quienes pretenden redefinir las fronteras de Europa.
Durante
la guerra de los Balcanes, la República Federativa Yugoslavia acabó
dividiéndose en varios Estados, que reclamaron y lograron – merced a la generosidad
de sus padrinos occidentales - su independencia. Mas a los antiguos Estados – principados o
repúblicas – se sumó un neonato: Kosovo, antigua provincia autónoma de Serbia,
reconocida como Estado soberano por 90 de los 193 miembros de las Naciones
Unidas, pero que plantea serios dilemas a los países comunitarios obligados a
afrontar la cuestión de las minorías: España, Bélgica, Rumanía, etc.
Decididamente, los confines de Europa aún quedan por definir.
La
propuesta, enviada supuestamente por la presidencia de un Estado recién
admitido en el club de Bruselas, ha sido rechazada por el jefe de la
diplomacia germana, así como por otros dignatarios europeos. Alemania recuerda
el error cometido por Bonn a comienzos de la década de los 90, cuando la
República Federal se apresuró a reconocer la independencia de Croacia y
Eslovenia, abriendo la vía al desmembramiento de Yugoslavia.
Otro
error, aún más grave, fue la creación de la República de Kosovo, protectorado
de la OTAN ideado por los estrategas del Pentágono y sus colegas del
Departamento de Estado. Kosovo fue, y sigue siendo, el primer peón atlantista
colocado en el tablero de la nueva Europa. El Báltico y el Mar Negro
forman parte de las futuras jugadas de los impulsores de la aberrante política
de protectorados.
Etiquetas:
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