lunes, 30 de enero de 2023

Irán: tambores de guerra


Cazas israelíes avistados en el espacio aéreo iraní, rezaba el flash de la agencia oficial de noticias INRA, heraldo de las autoridades de Teherán. Unos minutos más tarde, los cazas se convirtieron en drones; la ampliación de la noticia aludía a ataques contra instalaciones estratégicas – fábricas de armamento, instalaciones nucleares, bases aéreas, edificios oficiales - de Karaj, (inmediaciones de Teherán), Khoi y Azershahr (noroeste), Isfahán (centro) y Hamadán (oeste).

Según el comunicado del Ministerio de Defensa iraní, reproducido por la mayoría de las agencias de prensa occidentales, los ataques fueron infructuosos y no hubo que lamentar víctimas. Sin embargo, las cadenas de televisión locales transmitieron imágenes de deflagraciones en Isfahán y Tabriz. Incendios y daños menores, fue la versión oficial.

Los ataques no han afectado nuestras instalaciones; tales medidas ciegas no tendrán un impacto en la continuación del progreso del país, aseguran los voceros de las autoridades persas, que guardan un total mutismo sobre la identidad del sospechoso de llevar a cabo el ataque.

No es la primera vez que ello sucede. La mayoría de los servicios de inteligencia occidental y las fuentes oficiosas iraníes han atribuido al Mossad ataques contra la instalación nuclear iraní de Natanz en julio de 2020, otro centro atómico ubicado en la misma ciudad en abril de 2021, una  instalación nuclear en Karaj, en junio de 2021, o la destrucción de alrededor de 120  drones en febrero de 2022. Pero en Irán, la palabra Israel sigue siendo tabú.

De hecho, el Estado judío no se ha atribuido la responsabilidad de los ataques. Sin embargo, en la noche de domingo, una veintena de camiones pertenecientes al ejército iraní que transportaban refuerzos para el frente del movimiento integrista Hezbollah fueron interceptados por drones israelíes. Cabe suponer que los combates podrían recrudecerse en las próximas horas.

Conviene señalar que la ofensiva fue desencadenada horas después de la llegada a Tel Aviv del director de la CIA, William Burns, ex embajador de los EE.UU. en Moscú, afamado kremlinólogo y, según fuentes del Departamento de Estado, excelente putinólogo.

La visita de Burns se produce horas antes de la llegada a Israel del Secretario de Estado Antony Blinken, el halcón con disfraz de pacifista que dirige y coordina la política exterior de los Estados Unidos.

Detalle interesante: durante la última semana, los rotativos hebreos se dedicaron a cantar las loas de la estrecha colaboración entre el Mossad y la CIA durante las operaciones de rescate de agentes israelíes de origen kurdo bloqueados en suelo iraní. El operativo fue coordinado por William Burns y su homólogo israelí, Eli Cohen.

Tras los ataques de la noche del domingo, fuentes oficiales de la República Islámica señalaron que la misión de los drones había fallado, ya que sólo había causado daños menores.

Muy distinta fue la versión ofrecida por el diario The Jerusalem Post, que titula la información de última hora: El ataque con drones… fue un éxito fenomenal.

A buen entendedor…


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