Israel ha pactado con
las fuerzas del mal, con Turquía, con los terroristas y los mercenarios sirios
para respaldar a Azerbaiyán en el actual conflicto con Armenia; eventualmente,
padecerá las consecuencias de esa alianza impía,
vaticinó el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, en una entrevista concedida
al rotativo The Jerusalem Post unos días después de la
retirada del embajador de Armenia en Tel Aviv.
Visiblemente molesto por la
zigzagueante política exterior del Estado Judío – mayor proveedor de armas a Azerbaiyán - el político armenio llamó la atención
sobre la ambición imperialista del actual Gobierno de Ankara, señalando
que es sólo cuestión de tiempo antes de que Turquía se dirija contra Israel.
Contestando a la pregunta de los periodistas hebreos sobre
si Armenia está dispuesta a recibir la ayuda humanitaria ofrecida por Israel,
Pashinyan repuso vehementemente: ¿Ayuda humanitaria de un país que vende
armas a mercenarios que atacan a civiles? Sugiero que Israel envíe esta ayuda a
mercenarios y terroristas como una continuación lógica de sus actividades. Obviamente,
el primer ministro armenio reprueba la ética de los mercaderes de la muerte.
Las autoridades de Ereván trataron en reiteradas
ocasiones de normalizar sus relaciones con Turquía, el país al que consideran a
la vez autor intelectual y ejecutor del Holocausto armenio. Los sucesivos
Gobiernos de Ankara optaron por acercar posturas, negándose sin embargo a pedir
disculpas por las masacres perpetrados en la época del Imperio Otomano y la
revolución de los jóvenes turcos. El paréntesis histórico abierto en las
primeras décadas del pasado siglo sigue, pues, sin cerrarse. Es este uno de los
motivos – aunque no el único – de preocupación de la República de Armenia.
Convine señalar que otros actores de la zona comparten
la preocupación de los jerarcas de Ereván. De hecho, la mayoría estima que los
turcos llegaron al Cáucaso para… quedarse. Hace apenas unas horas, el Kremlin obligó
a los Gobiernos de Armenia y Azerbaiyán a firmar una tregua, asumiendo Rusia la
responsabilidad de supervisar el alto el fuego. Aparentemente, ambas partes
lamentaron el ukase de Moscú; la fiebre nacionalista se había apoderado de las
masas. Sin embargo, la perspectiva de la mediación rusa ofrecía ciertas
garantías de ecuanimidad, al contrarrestar la influencia de los llamados factores
externos. Pero los datos del problema cambiaron al día siguiente, al
anunciar Ankara su participación en el operativo de vigilancia de los acuerdos.
Bastó con una simpe llamada de teléfono del presidente Erdogan a su aliado
Putin para restablecer el preponderante papel de Turquía en el conflicto
transcaucásico. Obviamente, los turcos llegaron para quedarse.
El experimento de Nagorno
Karabaj podría ser un simple anticipo de la política expansionista deseada por
las agrupaciones islamistas de Ankara. De hecho, Igor Strelkov, ex ministro de Defensa de la
República Popular de Donetsk, estado fantasma creado tras la invasión del Este
de Ucrania por llamados elementos no identificados provenientes de la
Federación rusa, se refirió a una posible expansión turca apuntando… a la península
de Crimea. Strelkov formuló estas advertencias en el programa de televisión Intereses
rusos, transmitido por el canal YouTube.
El éxito de las tropas azerís abre amplias
oportunidades para que los turcos expandan su esfera de influencia a otras
regiones, creando amenazas directas para la Federación de Rusia, señaló, haciendo especial
hincapié en otra región en litigio: la península de Crimea. Los parlamentarios del
AKP, el partido de Erdogan, sugirieron claramente que Crimea debería volver a ser
turca. Al parecer, el presidente del país se ha adherido a su retórica,
denunciando los instrumentos diplomáticos injustos que permitieron a
Rusia quedarse con Crimea.
En este sentido, Strelkov concluye que el acuerdo de
cooperación militar entre Ankara y Kiev sobre la producción de drones turcos en
Ucrania es de vital importancia. Estamos siendo testigos de una alianza
militar emergente entre Turquía y Ucrania, afirma
Ficticia o real, la amenaza se está abriendo camino en
los círculos castrenses. Sin embargo, los estrategas están divididos. Algunos
estiman que ya es hora de castigar la prepotencia del sultán Erdogan.
Otros, probablemente más afines a la doctrina y los intereses de Ankara, se
decantan por un análisis completamente distinto, que se resum en pocas
palabras:
· Azerbaiyán utiliza armamento israelí y turco para
ganar la guerra, pero depende de Putin a la hora de mantener el acuerdo de alto
el fuego con Armenia;
· El primer ministro Pashinyán, a punto de ser defenestrado
en Ereván. Putin se queda con el control de Armenia;
· Turquía gana un pasillo de seguridad que conduce a
Azerbaiyán, pero tiene que confiar en Putin para mantener el trato.
En resumidas cuentas: Putin gana.
A río revuelto…
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