Tras el fallido golpe de Estado de Turquía del pasado mes de julio,
Norteamérica trasladó a Rumanía los artefactos nucleares almacenados en la base
aérea de Incirlik. La noticia, facilitada el pasado fin de semana
por la publicación electrónica EurActiv, provocó reacciones en cadena en
Bucarest. ¿Escándalo político sin precedentes? ¿Episodio de una ciberguerra
llevada a cabo por una potencia regional? ¿Simple tormenta en un vaso de agua? En
realidad, poco importa. Lo cierto es que políticos, militares, periodistas y
analistas de toda índole aprovecharon la oportunidad para enzarzarse en un interminable
debate sobre la soberanía nacional y la seguridad del país carpático,
convertido – tras la visita del Presidente Erdogan a Rusia - en uno de los baluartes
atlantistas en la región.
La verdad sea dicha, la idea de almacenar
ojivas nucleares en suelo rumano no parece ser del agrado de los habitantes de
este país. Con razón: durante su pertenencia al Pacto de Varsovia – agrupación estratégica
de los países del Este liderada por
Moscú – Rumanía se negó a albergar las instalaciones del sistema balístico soviético.
Bucarest había firmado y ratificado el Tratado de No Proliferación de Armas
Nucleares (TNP), que prohíbe el estacionamiento de armas atómicas en el suelo
de las Partes Contratantes. Mas ¿se puede hablar de una violación flagrante del
TNP en el caso de los aliados de la OTAN?
Conviene volver a la fuente; a la información
publicada por EurActiv, portal especializado en noticias y comentarios sobre la
UE y la Alianza Atlántica. Sus redactores suelen utilizar fuentes fidedignas,
tanto comunitarias como estadounidenses. En la mayoría de los casos, la
veracidad de la información está avalada por la acción institucional de
Bruselas o por las medidas adoptadas por los Gobiernos de la Unión.
En el caso de los artefactos nucleares de Incirlik,
los autores del informe aseguran haber consultado dos fuentes distintas que corroboran la versión: Norteamérica está
trasladando parte del arsenal atómico de la base turca, concretamente, bombas de
hidrógeno B61, a las recién inauguradas instalaciones de Deveselu, que albergan
uno de los eslabones clave del escudo
antimisiles.
Para los estrategas rumanos, el informe forma
parte de una enorme manipulación, basada en un gigantesco embuste. Deveselu no
tiene capacidad de almacenamiento suficiente. Habitualmente, las armas
nucleares necesitan silos especiales, con muros de un grosor determinado e
instalaciones de aire acondicionado. Pero la base rumana no cuenta con
instalaciones idóneas.
Otra opción sería el aeropuerto militar de
Constanza que, hoy por hoy, carece de estructuras adecuadas. Huelga decir que,
en ambos casos, los habitantes no han notado movimientos inhabituales.
Tanto el Ministro de Defensa rumano como el
portavoz de la Cancillería desmienten rotundamente las informaciones de
EurActiv. Meras especulaciones, afirman, campaña de desestabilización a escala
internacional, destinada a fomentar el deterioro de la imagen del país. Sin
embargo, los rumanos recuerdan que en el caso de las cárceles secretas de la
CIA, el Gobierno de Bucarest fue incapaz de ofrecer una versión creíble y coherente.
La opinión pública sigue esperando una explicación.
Norteamérica es consciente de haber perdido (el control de) Turquía; el
país se ha cambiado de bando, está en el campo de Rusia, afirma el periodista Georgui Gotev, uno de los autores del informe, quien
asegura que el “affaire” de las armas nucleares podría considerarse irrelevante
comparado con los espectaculares cambios geoestratégicos que se están
avecinando en el Sudeste europeo y el Cáucaso.
De todos modos, conviene recordar el secretismo
que rodea las actividades del ejército y los servicios de información
estadounidenses en la región. Un ejemplo: el supuestamente inseguro personal
civil o militar de la base aérea de la OTAN de Incirlik jamás tuvo acceso a las instalaciones
ultrasecretas (¡nucleares!), custodiadas constantemente por vigilantes
transatlánticos.
Las
respuestas a la incógnita de Develesu habrá que buscarlas, pues, en…
Washington.
Bueno...Señor Adrian, imagino que ya estará al corriente del ataque de Turquía, con la colaboración de los aliados a Siria. Lo cual, algo me dice que no será factible, no dejaran tampoco, que Turquía se plantee salir de la OTAN. Es, a mi criterio, difícil, por cuestiones geopolíticas que se abandone a Turquía, esta muy bien situada. Más como está el panorama de complicado, el cual, lamentablemente, mucho me temo que habrá conflicto internacional, me parece que es la única solución para distintos aspectos.
ResponderEliminarsaludos, soy un seguidor de usted.
De acuerdo. En ningún momento se dice en el artículo (ni se insinúa) que Turquía abandonaría la OTAN.
EliminarEstamos ante un episodio de la ciberguerra, es decir, de una campaña de intoxicación.